El Consejo de Estado francés, la máxima autoridad administrativa en el país, ha ratificado la prohibición de la abaya, una túnica larga característica de algunos países islámicos, en las escuelas. Esta medida fue implementada la semana pasada por el Gobierno francés, argumentando que la abaya representa un símbolo religioso que va en contra del principio de laicidad, un valor fundamental de la República Francesa. Esta decisión se enmarca en la larga historia de controversias sobre la presencia de símbolos religiosos en las instituciones públicas francesas, siendo el velo un ejemplo previo en el año 2004.
El Consejo de Estado ha respaldado la prohibición, afirmando que no infringe ningún derecho fundamental, a pesar de las objeciones de grupos de derechos musulmanes que pedían su suspensión. El Consejo Musulmán de Francia sostiene que la abaya es más una expresión cultural que religiosa, y que prohibirla estigmatiza a las jóvenes que la usan.
A diferencia del velo, que siempre ha sido considerado un símbolo religioso, la abaya ha generado cierta confusión en cuanto a su definición. Algunas chicas que la usan la describen como un «kimono».
El Consejo de Estado argumenta que prohibir esta prenda «no constituye una violación grave y manifiestamente ilegal del derecho al respeto a la vida privada, la libertad de culto, el derecho a la educación y el respeto del interés superior del menor o del principio de no discriminación». Además, señala que usar esta vestimenta en una escuela se considera una declaración religiosa, basándose en diálogos con los estudiantes.
Según el Ministerio de Educación, el número de chicas que asistieron a clase con abaya el pasado lunes, día de inicio del curso, fue solo de alrededor de 300, de un total de 12 millones de estudiantes. Dentro de los propios centros educativos, hay opiniones divididas, con algunos educadores argumentando que esta medida es una distracción de los problemas más urgentes en las aulas, como la escasez de personal.
El ministro de Educación, Gabriel Attal, considera que la abaya es claramente un símbolo religioso y defiende la medida argumentando que el año pasado se registraron numerosos incidentes en las escuelas relacionados con la abaya que atentaban contra la laicidad.
La primera ministra de Francia, Elisabeth Borne, ha rechazado las acusaciones de que la prohibición de la abaya estigmatiza a los musulmanes. La respuesta política a esta medida es variada, con líderes de izquierda como Jean Luc Mélenchon calificándola de islamofóbica, mientras que los socialistas la respaldan.
En Francia, aproximadamente el 10% de la población es musulmana, lo que la convierte en la segunda religión más practicada después del catolicismo. Sin embargo, alrededor de la mitad de los ciudadanos franceses declaran no tener afiliación religiosa, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Esta no es la primera vez que Francia se encuentra en el centro de polémicas sobre la prohibición de símbolos religiosos en espacios públicos, habiendo sido objeto de controversia anteriormente el velo integral islámico en 2010 y el burkini en 2016.